Hoy me leyeron las cartas del TAROT!!

Soy una persona muy espiritual. Es decir, creo mucho en el espíritu de las personas, de los animales, de las plantas y de las cosas. En el espíritu de la Naturaleza toda, del Universo.

Eso no quiere decir que no me gusten o interesen las cosas mundanas y frívolas, como el confort, los zapatos o el dinero. Ser espiritual no es necesariamente vivir en un monasterio tibetano con los monjes...
Creo mucho en el espíritu, decía, y por ende en las energías que nos mueven, nos conectan y nos hacen estar vivos y tomar decisiones.
En esa energía que hace que el río vaya al mar, o que yo piense en vos, y "de casualidad" me llames por teléfono.
Es la misma energía. Es la misma "vibra". Es la misma fuerza que nos mueve y mueve todas las cosas.
Pero que tendrá que ver todo esto con el Tarot????
El asunto es que como creo tanto en este espíritu, no creo en la cartomancia. No creo que las cartas me lean el futuro. Simplemente porque el futuro no está escrito, y yo puedo hacer, gracias a esa energía interior, lo que se me antoje con mi vida, tomando mis propias decisiones.
Entonces se preguntaran que corno fui a hacer a que me tiren las cartas...?
Simple: Cobardía.
Si. Las cartas dijeron EXACTAMENTE lo que yo YA sabía. Me dijeron que hiciera lo que yo YA sabía que debía hacer. Pero que uno no tiene el valor de reconocer o de afrontar. Entonces, va uno a que otro le diga lo que uno ya sabe  que tiene que hacer. En mi caso, estaba en un brete muy complicado, entre muchos de mis trabajos. (tengo varios, y uno nada que ver con el otro).
Quería saber por cual me decido, porque ya no doy a vasto con todo -agregándole la familia, la casa, etc- y me estoy enfermando sin sentido, porque dinero tampoco veo mucho!
Pero mientras la señora (muy atenta ella, se notaba que sabía mucho de lo que estaba haciendo, independientemente de que uno crea o no) mezclaba su mazo de cartas con una ceremonia que parecía que se me jugaba la vida en esa tirada, yo YA sabía lo que iba a salir.
Premunición? No. Simplemente, uno, en el fondo de su alma y su corazón SABE lo que tiene que hacer. El problema es que no creemos en nuestra intuición, en nuestros sentimientos, y en eso que las tripas (o mejor dicho, esa energía que a todos nos une) nos dicen mejor que nadie. En ese momento crucial en que la Señora posaba cuidadosamente las cartas sobre la mesa, todo estuvo tan claro... Tuve todas las respuestas. Y ella no había leído ni una sola carta.











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